sábado, 8 de enero de 2011

El jugador / Fiodor Mijaïlovich Dostoevski (1821-1881)

 












"Al escribir, no invente nunca ni la trama ni las circunstancias, tome, más bien, lo que la misma vida le ofrece. Porque la vida es incomparablemente más rica que nuestras invenciones, ni existe imaginación que nos proporcione lo que la vida más corriente y vulgar nos pueda dar”
Así aconsejaba Dostoievski a una joven escritora en una misiva. Este párrafo, resume de forma concisa la fuente de inspiración del escritor ruso para sus novelas: la propia vida.

Hace unos cuantos años leí esta novela del escritor ruso. No recordaba muy bien la historia y he vuelto a releerla con la sensación de estar descubriendo una historia nueva.

Para comenzar hago una breve genealogía de esta novela, que no deja de ser tremendamente sorprendente: Dostoievski, acuciado por las deudas, firmó un contrato con un editor, Stellovski, por el cual se comprometía a entregar para su publicación una novela antes de una fecha previamente determinada, tras la cual todos los derechos caerían en manos del editor. El tiempo apremiaba y el escritor ruso, desesperado, comenta a su amigo Miliakov: “Estoy desesperado”. Miliakov le sugiere que contrate a una secretaria, Anna Grigórievna (más tarde será su mujer), que hace las labores de taquígrafa. Gracias a ella, Dostoievski, dictándole la novela, pudo rematar El jugador en una semana. Cuando va al despacho de Stellovski a entregar la obra, curiosamente éste ha desaparecido, supuestamente de viaje, pero Dostoievski, astuto, entrega la novela en la comisaría del distrito para que conste la fecha de entrega... Después de este frenético periplo aparece publicada en 1867, El jugador, novela sobre los abismos del dolor y del placer; una breve, lúcida y dolorida reflexión sobre el carácter ruso.

Dostoievski se mete en la piel del protagonista, Alexéi Ivánovich, preceptor de la familia de Zagorianski, un general ruso retirado. Alexéi está perdídamente enamorado de Polina Alexandrovna, hijastra del general, una mujer sin escrúpulos a la hora de manipular los sentimentos.

"De cuando en cuando lanzaba una mirada a Polina Aleksandrovna, quien ni se daba cuenta de mi presencia. Ello ocasionó el que yo me desbocara y echara por alto toda cortesía."

Ella se burla de él y, aprovechándose de su situación, lo maneja a su antojo:

"Mis ojos estaban inyectados en sangre. Tenía la boca seca y espuma en los labios. Y en lo que se refiere al Schlangenberg, lo juro, aun ahora, que si ella me hubiese ordenado arrojarme de cabeza, lo habría hecho inmediatamente y aunque lo hubiese dicho únicamente por broma, con desprecio, escupiéndome además, me hubiera lanzado también."

Pero por encima del amor, está la pasión desmesurada por el juego:

"Al subir a mi habitación pude entregar a Paulina su ganancia y declararle que, en lo sucesivo, no jugaría más por cuenta de ella.
- ¿Por qué? -preguntó alarmada.
-Porque quiero jugar para mí -contesté, mirándola con sorpresa-,y eso me lo impide.
- ¿Así, persiste usted en creer que la ruleta es su única probabilidad de salvación? -"
 Pero los celos no dejaban de atormentar a Alexéi:

"Ella tiene un secreto, ¡es evidente! Su diálogo con la abuela me ha oprimido el corazón. ¡Cuántas veces la he suplicado que fuese franca conmigo, pues sabe perfectamente que yo estoy dispuesto a arriesgar por ella mi vida! Pero siempre me ha tratado con el mismo desdén, y en lugar de la vida que le ofrecía exigía de mí proezas ridículas, como la de provocar al barón. ¿No resulta todo esto doloroso?¿Es posible que ese francés lo represente todo para ella? ¿Y Mr. Astley?" Pero al llegar a este punto mis ideas se confundían completamente. ¡Y cuántas torturas experimentaba! ¡Cuántas, Dios mío!"
Alexéi Ivánovich, como Ralskólnikov y otros personajes presentes en las obras de Dostoievski, no controla sus emociones. Mientras decide si dirigirse al casino o no piensa:

«Si pudiera dominarme durante una hora, sería capaz de cambiar mi destino».
Esta frase demuestra hasta qué punto el protagonista se siente dominado por el juego.
A estos personajes acompañan Maria Fillippovna, hermana del general; Mr. Astley, un inglés de carácter flemático y generoso en quien Alexéi confiaba a menudo; Des Grieux, un aristócrata francés, prestamista del general; Mademoiselle Blanche, joven hermosa de pasado dudoso de quien el general está enamorado; Antonida Vasilevna, la inolvidable babulinka, anciana tía del general, cuya muerte espera toda la familia Zagorianski para recibir su herencia. Con todos estos personajes, Dostoievski monta un casino cuya ruleta, como en la vida misma, va labrando catástrofe tras catástrofe.

"Al ver a la abuela el general, de pronto, quedóse estupefacto, abrió la boca y no llegó a pronunciar una frase. La contemplaba con las pupilas dilatadas... como fascinado por la mirada de un basilisco. La abuela le examinaba también, inmóvil, con aire de triunfo, provocativo y burlón. Se observaron así durante unos diez segundos, en medio de un profundo silencio. Des Grieux se sintió primeramente aniquilado, pero pronto su rostro reflejó una inquietud extrema. La señorita Blanche, con las cejas levantadas, la boca abierta, miraba estúpidamente a la abuela. La mirada de Paulina expresaba asombro y duda extraordinarios; de pronto se puso pálida como la cera y al cabo de un instante la sangre afluyó a su rostro coloreándole las mejillas.¡Sí, aquélla era verdaderamente una catástrofe para todo el mundo!"

Hago un inciso con la abuela, pues es una de las claves de la novela; de su suerte depende la de todos los demás. Digamos que actúa como una bola en la ruleta: mientras va girando, todos esperan que caiga en la casilla ganadora. Esa casilla no es otra que el anuncio de su muerte... pero Antonida Vasilevna, la babulinka, vive y, con una energía contagiosa, se presenta en Roulettenburg, para pasmo de todos, y no hace otra cosa que jugarse y perder toda su fortuna en el casino... se produce la catástrofe.

Para comprender mejor esta novela, no debemos olvidar que el escritor ruso estaba atrapado en las garras de la ruleta del casino; pasión que le condujo a contraer enormes deudas y le ocasionó numerosos problemas. Desde esta perspectiva, El jugador desprende cierto olfato autobiográfico.

La gran aportación de Dostoievski a la literatura universal consistió en dar un nuevo enfoque a la novela según el cual el narrador ya no está fuera de la obra relatando acontecimientos más o menos ajenos a él, sino que su presencia se manifiesta con voz propia, como si de otro personaje se tratara.

"Sí; a veces la idea más absurda, la idea más fantástica en apariencia, se apodera de nosotros con tal fuerza que acabamos por creerla realizable...
Más todavía: si esa idea se asocia a un deseo violento, apasionado, se considera como algo fatal, ineludible, predestinado.
Quizá medie en ello un no sé qué, una combinación de presentimientos, un esfuerzo extraordinario de la voluntad, una intoxicación por la propia imaginación.
Lo ignoro; pero aquella noche -que no olvidaré nunca- me ocurrió una aventura prodigiosa. Aunque se explica perfectamente por la aritmética, continúa, sin embargo, siendo prodigiosa a mis ojos."
Para finalizar comentar que, de la novela de Dostoievski, Sergei Prokofiev (1891-1953) compuso una ópera del mismo título [Le joueur], escrita en 1916 y rehecha completamente en 1926. También ha sido producto de numerosas adaptaciones cinematográficas:
  • Existe una versión argentina, El jugador, dirigida por el director Argentino/Español León Klimovsky en 1947.
  • Versión de Claude Autant-Lara de 1958 (Le Joueur),
  • Una película de 1997 del director de cine húngaro Károly Makk, que trata del proceso de escritura de la novela por parte del escritor ruso.
  • El director alemán Sebastian Bieniek rodó la película de 2007 Los jugadores, basada en la novela,
  • También en 2007 Giuliano Montaldo rodó otra película, I demoni di San Petroburgo, inspirada en la vida del escritor mientras escribía El jugador.
Referencias bibliográficas:
  • Dostoievski, Fiodor. El jugador. [traducción de Victoriano Imbert, prólogo de Jesús Ferrero]. Madrid : Unidad, 1999
  • Dostoievski, Fiodor. Obras completas. [traducción... del ruso, introducción, prólogos, notas y censo de personajes, por Rafael Cansinos Assens]. Madrid : Aguilar, 1949
  • Dostoievski, Fiodor. El jugador. [traducción, R. Ledesma Miranda y F. Ramón G.-Vázquez; prólogo, Guillermo Suazo Pascual ]. Madrid : Edaf, 2009
  • Diccionario literario de obras y personajes de todos los tiempos y de todos los países. Bompiani, Valentino (ed. lit.). Barcelona : Hora, 1992. p. 385-386
  • Dostoievski, Fiodor. El jugador. [estudio introductorio de Alejandro Querejeta]. Libresa, 1954
  • Cuartango, Pedro G. Esfera : crítica de libros [en línea]. El Mundo. <http://www.elmundo.es/esfera/ficha.html?27/esf924266991>

No hay comentarios:

Publicar un comentario

 

Mi mundo perdido. Copyright 2008 All Rights Reserved David Fernández García