viernes, 28 de enero de 2011

El señor Projarchim / Dostoyevski (1846)


Otra más del escritor moscovita. Esta novela fue publicada en 1846 bajo la influencia de Eugéne Grandet, de Balzac (traducida por el propio Dostoievski en su época de la Escuela de Ingenieros) y, cómo no, de Gógol, autor por el que Dostoievski siente gran admiración y va a influir en gran parte de su obra.
Lo peor de esta novela es que sufrió una fuerte censura por parte de las autoridades rusas. Se trataba de un gran proyecto de Dostoievski, pero, lamentablemente, sólo nos ha llegado este pequeño relato. Dicha censura es la culpable de que, en algunos momentos, el texto parezca incoherente. Pero no por ello deja de ser interesante.
Metiéndonos en materia, con esta obra, Dostoievski representa la fisiología del avaro. Semion Ivanovich Projarchin es un personaje enigmático. Desde hace tiempo vive hospedado en la pensión de Ustinia Fiodorovna, la patrona, que es la única persona que parece lamentarse por el mísero Projarchin. Los huéspedes de esta pensión (Okeanov, Zinovi Prokofievich, Remniov…) le desprecian, al parecer, por su falta de imaginación. La única persona con la que comparte cierto grado de amistad es con un viejo borrachín, antiguo inquilino de la pensión, pero expulsado hace tiempo de la misma.
Durante un tiempo el protagonista desaparece misteriosamente, sin dejar rastro, después de sentirse ofendido por uno de sus compañeros de pensión. La patrona no deja de llorar y los mismos compañeros de la pensión, con remordimientos, temen por la suerte que haya podido correr el señor Projarchin.
La vida de este hombre es un absoluto misterio para todos. Al igual que el señor Goliadkin, de El doble, estamos ante un personaje desconfiado que sufre graves crisis mentales, producidas por su tremenda avaricia, que lo confinan durante mucho tiempo a permanecer en la cama.
El desenlace de esta pequeña obra no deja de sorprender y, como nos cuenta el narrador en una especie de moraleja, se evidencia
“esa verdad de que la muerte quita todos los velos, descubre los secretos todos y pone de manifiesto todos los enredos.”
 
En esta obra Dostoievski se sumerge en el mundo de los sueños; tema que no abandona desde El doble. Un gran relato.
Referencias bibliográficas
  • Dostoievski, Fiodor. Obras completas. [traducción... del ruso, introducción, prólogos, notas y censo de personajes, por Rafael Cansinos Assens]. Madrid : Aguilar, 1949
  • Serrano Martínez, Jorge. Dostoiévski: entre el bien y el mal. Madrid: Complutense, 2003

martes, 25 de enero de 2011

El doble / Dostoyevski (1846)


“Nuestro héroe”, pues así lo trata el humilde cronista de esta historia (la segunda que publicó Dostoievski), no es otro que el señor Yakov Petrovich Goliadkin, un funcionario público de bajo nivel, un copista similar al Mákar Aleksiéyevich de Pobres gentes, que cada día se tiene que enfrentar a un sistema jerarquizado muy poderoso... De esta lucha, seguramente, se vale el cronista para tacharlo de héroe. Su lucha es contra un gigante: un David contra un Goliat; una lucha desigual y que no va a terminar como la hazaña bíblica del hebreo; porque en la vida real, en el realismo dostoievskano, Goliat termina golpeando a David. Lo golpea desde su enorme altura, enterrándolo en un fango de miseria y, lo que es peor, de locura. Porque la razón es lo único valioso que le queda a las “pobres gentes”, a los “humillados y ofendidos”, a esos personajes que vemos deambular continuamente en las obras del escritor ruso.

Desde el comienzo de la obra podemos observar que Goliadkin es un enfermo con trastornos mentales:

"Entonces, sin embargo, se produjo el segundo impulso del señor Goliadkin y ello de manera singular. Le temblaron los labios, le tembló la barbilla y nuestro héroe rompió a llorar inopinadamente. Sollozando, sacudiendo la cabeza y golpeándose el pecho con la mano derecha, mientras con la mano izquierda agarraba a su vez la solapa del batín de Krestyan Ivanovich, trató de hablar y explicarse, pero no pudo decir palabra."
Como veíamos en el Mákar Alisievich de Pobres gentes, Goliadkin se lamentaba de sus pocas dotes literarias. Los compañeros de trabajo se burlan de él y le rechazan continuamente. Además es un hombre profundamente acomplejado. No tiene otro objetivo que el de llamar la atención:
"De paso se detuvo un momento en el puesto de un cambista y cambió por pequeños todos sus billetes grandes y, aunque salió perdiendo en el trueque, engrosó notablemente su cartera, lo que por lo visto le causó grandísima satisfacción."
Se trata de una persona que sufre, sufre muchísimo ante cualquier situación. No hace más que dudar, hasta de su propia sombra; puede pasarse horas intentando tomar una decisión, llegando incluso al borde de las lágrimas. Pero enseguida, tomada la decisión, ya se está arrepintiendo de haberlo hecho.

Sientes lástima por este personaje. Se siente solo, se pasa toda la obra dialogando consigo mismo, no tiene a nadie de su lado. Al final la locura invade por completo su mente: llega la esquizofrenia cuando aparece el doble, otro Yakov Petrovich Goliadkin. Quizá la soledad y ese grado de locura hacen aparecer en la mente del pobre funcionario a su otro yo. Goliadkin, en un principio, se muestra entusiasmado ante la aparición de su doble.
"Sí, Yakov Petrovich, tú y yo seremos amigos —dijo nuestro héroe a su visitante—. Tú y yo, Yakov Petrovich, seremos como la uña al dedo. Como gemelos. Ya verás cómo les ganaremos por la mano."
Dialoga con él, incluso se emborracha cuando pasa la primera noche bajo su techo. Goliadkin inventa a un amigo que le evita la soledad y le tiende la mano prometiéndole amistad profunda. Pero la mente de nuestro protagonista no acepta nada bueno y ese amigo se transforma en todo lo contrario: su peor pesadilla.

Como acostumbro en todas las críticas de las obras que introduzco en este blog, no desvelo el final. Simplemente trato de dejar una impresión de lo que me provoca la lectura del libro. La impresión que me deja esta obra es de lástima, como dije anteriormente, por la soledad del personaje en su locura. Y admiración… Dostoievski no defrauda. Solo defrauda la injusticia que la crítica literaria ha hecho con esta obra, dejándola a un lado y permitiendo que pase inadvertida a lo largo de los años. Os animo a descubrirla.

Referencias bibliográficas
  • Dostoievski, Fiodor. Obras completas. [traducción... del ruso, introducción, prólogos, notas y censo de personajes, por Rafael Cansinos Assens]. Madrid : Aguilar, 1949
  • Dostoievski, Fiodor. El doble. [traducción editorial Andrés Bello]. Santiago de Chile : Andrés Bello, 1995 
  • Dostoievski, Fiodor. El doble : poema de Petersburgo. [introd. y trad., de Juan López-Morillas]. Madrid : Alianza editorial, 1985

lunes, 17 de enero de 2011

Pobres gentes / Dostoyevskii

Pobres gentes fue la primera obra que escribió Dostoyevski. La lectura del manuscrito original produjo gran entusiasmo en el editor Nekrásov y en el crítico Bielinski. En palabras de este último, en esta su primera obra, Dostoyevski crea un nuevo género literario, la “novela social”. Escrita en 1845, finalmente se publicó en 1846 por el citado Nekrasov en su "Almanaque Petersburgués". Dostoyevski se había inspirado para su libro en La capa, de Nikolái Gógol ("¡Le traigo a usted un nuevo Gogol!", decía Bielinski a Nekrásov), novela citada en su obra.

Escrita en forma epistolar, Pobres gentes se introduce en la vida de dos personas, Mákar Aleksiéyevich (firma las cartas como Makar Dievuschkin), un viejo e insignificante funcionario de bajo sueldo y Várvara Aleksiéyevna (lo hace como Várvara Dobroselov), joven huérfana y vecina de Mákar. A través de un intercambio de correspondencia, ambos personajes dan a conocer sus sentimientos, a la vez que relatan episodios de su vida. Las relaciones de ambos están fundadas en un extraño sentimiento, ora paterno, ora fraternal, que da la sensación de profunda amistad; pero durante la lectura de la obra, nos acompaña la sensación de que el viejo funcionario siente algo más por la joven...

Ambos viven en el umbral de la miseria y no les queda más remedio que aceptar el destino: aceptar los designios de la providencia es una constante en el carácter ruso; ya lo vemos en varias de las obras de Dostoyevski. Pero ese destino siempre muestra su cara más pesimista, como dejan entrever los personajes en la novela. Como le contaba Mákar a Várenka en una de sus cartas:

Así de pesimista se aparece ella en otra misiva:


“Todo se reduce a que ayer me enfrié un poco en el cementerio de Volkov, cuando fui a oír la misa de réquiem por la pobre mamá. ¿Por qué no vino usted conmigo?... Yo se lo había rogado. ¡Ah pobre madre mía, si tú levantaras la cabeza, si tú supieras lo que han hecho conmigo!”

Y la tragedia no se separa de ellos:


“...al tender luego la vista en torno mío, todo volví a encontrarlo como antes…, gris e insípido. Por todas partes las mismas manchas de tinta, las mismas mesas y los mismos papeles, e incluso yo mismo me había quedado como era antes, exactamente igual...”

"Ha tomado usted en un sentido totalmente distinto mis palabras. Se trata únicamente de una inclinación paternal, Várinka, pues yo vengo a ocupar, en la triste orfandad en que se encuentra, el puesto de un padre, se lo digo con toda mi alma y con un corazón puro. Pero sea como fuere, después de todo, soy algo pariente suyo, aunque muy remoto, acaso como dice el refrán: la última palabra del credo, pero al fin y al cabo, un pariente suyo, y ahora hasta puedo añadir que su mejor pariente y único protector.”

“Yo me volví a casa. Temblando de dolor, me arrojé en los brazos de mi madre. La estreché fuerte contra mi pecho, la besé y de pronto rompí a llorar. Y yo me apegaba angustiosamente a la única criatura que todavía me quedaba, como mi último consuelo, cual si la hubiese querido retener para siempre, a fin de que la muerte no pudiera arrebatármela...Pero la muerte se cernía ya sobre mi pobre madre...”

Pero a pesar de todo no se consideraban los más desgraciados. Eso pensaba Mákar cuando le contaba a Várenka la tragedia del pobre Gorschkov:

“Al poco rato llamó a su hijita, púsole las manos en la frente y empezó a aca¬riciarla. Luego volvióse de nuevo a su mujer:
–¿Dónde está Pétinka? ¿Nuestro Pétinka? –preguntó–. Nuestro Pétinka…
La mujer se santiguó y díjole que Pétinka se había muerto.
–Sí, es verdad; ya lo sé. ¡Pétinka está en el cielo!
Pero de pronto volvió en sí, despabilada de su ensimismamiento por cierta intranquilidad, y que entonces sorprendióla el silencio sepulcral que había en la habitación.
...Miró a la cama, y vio que su marido seguía acostado como hacía hora y medía. Entonces acercóse a él y lo tocó... Pero lo encontró ya frío, porque estaba muerto, hijita; se había muerto Gorschkov de repente, como herido del rayo ¡Sólo Dios sabe cuál habrá sido la causa de su muerte!”
Esto le sucedió al humilde Gorschkov justo después de haber ganado un juicio que le permitía sobrevivir un tiempo más. Es el destino de los humillados y de los ofendidos, de las pobres gentes que Dostoyevski retrata de forma magistral.

Digamos que se trata de una novela abierta: no conocemos el origen de los personajes, tampoco el final. Es un episodio en la vida de dos personas que, compartiendo la miseria, se consuelan a través de las cartas, declarándose profundo afecto y admiración.

No siempre reluce la simpatía entre los dos; así vemos varios giros de carácter durante la novela. Hay momentos en que se reprochan la conducta... Ella le reprocha a él que malgaste el dinero en borracheras...

“¡No sé lo que pasó por mí al contarme Fiodora que lo habían encontrado a usted ebrio en la calle y que la Policía había tenido que conducirlo a su casa! Me quedé de una pieza...”

Él le reprocha a ella la falta de consideración a su persona, hiriendo su orgullo, ese orgullo que Mákar muestra en diversas ocasiones...

“Mi querida Várinka: ¡Ah Várinka, Várinka! Ahora la culpa es suya, y habrá de pesar sobre su conciencia. Con su carta ha acabado usted con las últimas fuerzas de superioridad que me quedaban y me ha aturdido por completo...”
Pero siempre tienen miedo a perderse uno y otro y finalizan cada carta declarándose mutuo afecto.

Describe los sentimientos íntimos de los personajes con una sutileza inigualable:

“Me asaltaban entonces pesadillas. No puedo recordar ahora exactamente cuáles eran, pero sí recuerdo que eran unas pesadillas espantosas, que durante mi lucha con la fatiga, cada vez mayor, me atormentaban con turbias visiones. Me despertaba llena de sobresalto. La habitación estaba a oscuras; se había apagado la lamparilla. No tardaba en reanimarse la luna, y claro resplandor iluminaba el aposento, hasta que de nuevo volvía a quedar reducida aquélla a una llamita azulosa que proyectaba en las paredes sombras temblequeantes, para momentos después dejarlo todo sumido en casi completas tinieblas.”

Sorprende como a través de dos personas que se escriben, Dostoyevski, es capaz de introducir al resto de personajes que pueblan la novela: Pokrovskii, “un pobre estudiante” y su padre Zajar Petróvich; la “gruñona” Fiodora, la famlia Gorschkov, cuya tragedia describíamos más arriba; Sascha “una chica muy lista; pero ordinaria y vehemente hasta lo repulsivo”; Bukov, “buen amigo de Anna Fiodórovna”; Ratasayev “ese empleado en cuya habitación se celebran veladas literarias”; Yemelia Ilich “un compañero de oficina”; y un largo etcétera que descubrirás cuendo leas esta magnífica novela.

En esta obra Dostoyevski desnuda la mente de los personajes, desciende a las profundidades del alma humana y realiza un análisis psicológico de la sociedad en la que le toca vivir, mostrándo la situación social de los marginados, de los desheredados y de los más humildes que pueblan las calles de Petersburgo. Nos introduce de lleno en el realismo ruso. Con Pobres gentes disecciona toda una época, sus sentimientos más profundos. Deja relucir una sociedad divida en clases, gobernanda por el destino, ante el cual nada se puede hacer. En definitiva, el autor plasma la sociedad rusa del último cuarto del siglo XIX.

Referencias bibliográficas

  • Dostoievski, Fiodor. Obras completas. [traducción... del ruso, introducción, prólogos, notas y censo de personajes, por Rafael Cansinos Assens]. Madrid : Aguilar, 1949
  • Diccionario literario de obras y personajes de todos los tiempos y de todos los países. Bompiani, Valentino (ed. lit.). Barcelona : Hora, 1992. Vol. VIII, p. 160-161
  • Diccionario literario de obras y personajes de todos los tiempos y de todos los países. Bompiani, Valentino (ed. lit.). Barcelona : Hora, 1992. Vol. XI, p. 263-264
  • Martínez Fernández, Isabel. Unas palabras sobre Pobres gentes [en línea]. Eslavística Complutense. p. 57-65. http://revistas.ucm.es/fll/15781763/articulos/ESLC0303110057A.PDF

sábado, 8 de enero de 2011

El jugador / Fiodor Mijaïlovich Dostoevski (1821-1881)

 












"Al escribir, no invente nunca ni la trama ni las circunstancias, tome, más bien, lo que la misma vida le ofrece. Porque la vida es incomparablemente más rica que nuestras invenciones, ni existe imaginación que nos proporcione lo que la vida más corriente y vulgar nos pueda dar”
Así aconsejaba Dostoievski a una joven escritora en una misiva. Este párrafo, resume de forma concisa la fuente de inspiración del escritor ruso para sus novelas: la propia vida.

Hace unos cuantos años leí esta novela del escritor ruso. No recordaba muy bien la historia y he vuelto a releerla con la sensación de estar descubriendo una historia nueva.

Para comenzar hago una breve genealogía de esta novela, que no deja de ser tremendamente sorprendente: Dostoievski, acuciado por las deudas, firmó un contrato con un editor, Stellovski, por el cual se comprometía a entregar para su publicación una novela antes de una fecha previamente determinada, tras la cual todos los derechos caerían en manos del editor. El tiempo apremiaba y el escritor ruso, desesperado, comenta a su amigo Miliakov: “Estoy desesperado”. Miliakov le sugiere que contrate a una secretaria, Anna Grigórievna (más tarde será su mujer), que hace las labores de taquígrafa. Gracias a ella, Dostoievski, dictándole la novela, pudo rematar El jugador en una semana. Cuando va al despacho de Stellovski a entregar la obra, curiosamente éste ha desaparecido, supuestamente de viaje, pero Dostoievski, astuto, entrega la novela en la comisaría del distrito para que conste la fecha de entrega... Después de este frenético periplo aparece publicada en 1867, El jugador, novela sobre los abismos del dolor y del placer; una breve, lúcida y dolorida reflexión sobre el carácter ruso.

Dostoievski se mete en la piel del protagonista, Alexéi Ivánovich, preceptor de la familia de Zagorianski, un general ruso retirado. Alexéi está perdídamente enamorado de Polina Alexandrovna, hijastra del general, una mujer sin escrúpulos a la hora de manipular los sentimentos.

"De cuando en cuando lanzaba una mirada a Polina Aleksandrovna, quien ni se daba cuenta de mi presencia. Ello ocasionó el que yo me desbocara y echara por alto toda cortesía."

Ella se burla de él y, aprovechándose de su situación, lo maneja a su antojo:

"Mis ojos estaban inyectados en sangre. Tenía la boca seca y espuma en los labios. Y en lo que se refiere al Schlangenberg, lo juro, aun ahora, que si ella me hubiese ordenado arrojarme de cabeza, lo habría hecho inmediatamente y aunque lo hubiese dicho únicamente por broma, con desprecio, escupiéndome además, me hubiera lanzado también."

Pero por encima del amor, está la pasión desmesurada por el juego:

"Al subir a mi habitación pude entregar a Paulina su ganancia y declararle que, en lo sucesivo, no jugaría más por cuenta de ella.
- ¿Por qué? -preguntó alarmada.
-Porque quiero jugar para mí -contesté, mirándola con sorpresa-,y eso me lo impide.
- ¿Así, persiste usted en creer que la ruleta es su única probabilidad de salvación? -"
 Pero los celos no dejaban de atormentar a Alexéi:

"Ella tiene un secreto, ¡es evidente! Su diálogo con la abuela me ha oprimido el corazón. ¡Cuántas veces la he suplicado que fuese franca conmigo, pues sabe perfectamente que yo estoy dispuesto a arriesgar por ella mi vida! Pero siempre me ha tratado con el mismo desdén, y en lugar de la vida que le ofrecía exigía de mí proezas ridículas, como la de provocar al barón. ¿No resulta todo esto doloroso?¿Es posible que ese francés lo represente todo para ella? ¿Y Mr. Astley?" Pero al llegar a este punto mis ideas se confundían completamente. ¡Y cuántas torturas experimentaba! ¡Cuántas, Dios mío!"
Alexéi Ivánovich, como Ralskólnikov y otros personajes presentes en las obras de Dostoievski, no controla sus emociones. Mientras decide si dirigirse al casino o no piensa:

«Si pudiera dominarme durante una hora, sería capaz de cambiar mi destino».
Esta frase demuestra hasta qué punto el protagonista se siente dominado por el juego.
A estos personajes acompañan Maria Fillippovna, hermana del general; Mr. Astley, un inglés de carácter flemático y generoso en quien Alexéi confiaba a menudo; Des Grieux, un aristócrata francés, prestamista del general; Mademoiselle Blanche, joven hermosa de pasado dudoso de quien el general está enamorado; Antonida Vasilevna, la inolvidable babulinka, anciana tía del general, cuya muerte espera toda la familia Zagorianski para recibir su herencia. Con todos estos personajes, Dostoievski monta un casino cuya ruleta, como en la vida misma, va labrando catástrofe tras catástrofe.

"Al ver a la abuela el general, de pronto, quedóse estupefacto, abrió la boca y no llegó a pronunciar una frase. La contemplaba con las pupilas dilatadas... como fascinado por la mirada de un basilisco. La abuela le examinaba también, inmóvil, con aire de triunfo, provocativo y burlón. Se observaron así durante unos diez segundos, en medio de un profundo silencio. Des Grieux se sintió primeramente aniquilado, pero pronto su rostro reflejó una inquietud extrema. La señorita Blanche, con las cejas levantadas, la boca abierta, miraba estúpidamente a la abuela. La mirada de Paulina expresaba asombro y duda extraordinarios; de pronto se puso pálida como la cera y al cabo de un instante la sangre afluyó a su rostro coloreándole las mejillas.¡Sí, aquélla era verdaderamente una catástrofe para todo el mundo!"

Hago un inciso con la abuela, pues es una de las claves de la novela; de su suerte depende la de todos los demás. Digamos que actúa como una bola en la ruleta: mientras va girando, todos esperan que caiga en la casilla ganadora. Esa casilla no es otra que el anuncio de su muerte... pero Antonida Vasilevna, la babulinka, vive y, con una energía contagiosa, se presenta en Roulettenburg, para pasmo de todos, y no hace otra cosa que jugarse y perder toda su fortuna en el casino... se produce la catástrofe.

Para comprender mejor esta novela, no debemos olvidar que el escritor ruso estaba atrapado en las garras de la ruleta del casino; pasión que le condujo a contraer enormes deudas y le ocasionó numerosos problemas. Desde esta perspectiva, El jugador desprende cierto olfato autobiográfico.

La gran aportación de Dostoievski a la literatura universal consistió en dar un nuevo enfoque a la novela según el cual el narrador ya no está fuera de la obra relatando acontecimientos más o menos ajenos a él, sino que su presencia se manifiesta con voz propia, como si de otro personaje se tratara.

"Sí; a veces la idea más absurda, la idea más fantástica en apariencia, se apodera de nosotros con tal fuerza que acabamos por creerla realizable...
Más todavía: si esa idea se asocia a un deseo violento, apasionado, se considera como algo fatal, ineludible, predestinado.
Quizá medie en ello un no sé qué, una combinación de presentimientos, un esfuerzo extraordinario de la voluntad, una intoxicación por la propia imaginación.
Lo ignoro; pero aquella noche -que no olvidaré nunca- me ocurrió una aventura prodigiosa. Aunque se explica perfectamente por la aritmética, continúa, sin embargo, siendo prodigiosa a mis ojos."
Para finalizar comentar que, de la novela de Dostoievski, Sergei Prokofiev (1891-1953) compuso una ópera del mismo título [Le joueur], escrita en 1916 y rehecha completamente en 1926. También ha sido producto de numerosas adaptaciones cinematográficas:
  • Existe una versión argentina, El jugador, dirigida por el director Argentino/Español León Klimovsky en 1947.
  • Versión de Claude Autant-Lara de 1958 (Le Joueur),
  • Una película de 1997 del director de cine húngaro Károly Makk, que trata del proceso de escritura de la novela por parte del escritor ruso.
  • El director alemán Sebastian Bieniek rodó la película de 2007 Los jugadores, basada en la novela,
  • También en 2007 Giuliano Montaldo rodó otra película, I demoni di San Petroburgo, inspirada en la vida del escritor mientras escribía El jugador.
Referencias bibliográficas:
  • Dostoievski, Fiodor. El jugador. [traducción de Victoriano Imbert, prólogo de Jesús Ferrero]. Madrid : Unidad, 1999
  • Dostoievski, Fiodor. Obras completas. [traducción... del ruso, introducción, prólogos, notas y censo de personajes, por Rafael Cansinos Assens]. Madrid : Aguilar, 1949
  • Dostoievski, Fiodor. El jugador. [traducción, R. Ledesma Miranda y F. Ramón G.-Vázquez; prólogo, Guillermo Suazo Pascual ]. Madrid : Edaf, 2009
  • Diccionario literario de obras y personajes de todos los tiempos y de todos los países. Bompiani, Valentino (ed. lit.). Barcelona : Hora, 1992. p. 385-386
  • Dostoievski, Fiodor. El jugador. [estudio introductorio de Alejandro Querejeta]. Libresa, 1954
  • Cuartango, Pedro G. Esfera : crítica de libros [en línea]. El Mundo. <http://www.elmundo.es/esfera/ficha.html?27/esf924266991>
 

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