lunes, 5 de septiembre de 2011

Kurt Wallander



















Desde hace varios años la novela negra sueca está de moda en nuestro país. Cuando hablamos de este género, que ha viajado desde el país escandinavo para invadir los estantes de las librerías españolas, seguramente que nos llega a la mente la saga Millenium del desaparecido Stieg Larsson, protagonizada por Mikael Blomkvist y su extravagante compañera Lisbeth Salander. Por suerte, pude descubrir mucho antes de este "boom" literario a Kurt Wallander, inspector de policía de Ystad, una pequeña localidad situada al sur de suecia. Digo por suerte porque Henning Mankell es uno de los precursores de la novela negra de origen escandinavo y gran responsable de su propagación al resto de Europa y del mundo.

Mankell utiliza la novela negra para indagar en lo profundo de la sociedad actual en general y de la transformación que está sufriendo el país sueco en particular. Pero esos mismos problemas son los que invaden las calles de cualquiera de nuestras ciudades. Si descendemos a lo más profundo de sus páginas seremos testigos del inminente desplome de una sociedad con la inquietante incertidumbre de no saber que depara el futuro. En este aspecto las novelas del escritor sueco son de gran actualidad.

Pero el epicentro de toda su literatura es, sin duda alguna, el inspector Kurt Wallander: inspector de policía que ronda los cincuenta años de edad y un gran aficionado a la ópera. A Wallander le cuesta cada vez más dirigirse todas las mañanas a su lugar de trabajo, la comisaría situada en el centro de Ystad. En su interior va creciendo el sentimiento de que se encuentra ante una sociedad que cada vez le resulta más extraña. En ocasiones le asalta un deseo desmesurado de abandonar ese trabajo, incluso de vender su casa y salir de Suecia. Pero estos arrebatos dan paso a una meditación profunda y, al final, la conclusión a la que llega es que solo existe un camino para él: ser policía.

No estamos ante un tipo duro de estilo Hollywoodiense, es decir, un tío alto, cachas y que no se despeina ni aunque le bombardeen... todo lo contrario. La vida de Wallander es un auténtico desastre: no hay más que asomarse a su piso de la calle Mariagatan (si leéis todas las novelas de Wallander os resultará más familiar que vuestra propia calle) para observar el desorden y la soledad que le rodea. Sufre constantemente problemas de salud debidos, en gran parte, a una desastrosa alimentación basada en comidas rápidas y a deshora. La falta de sueño es otro agravante, pero no es de extrañar si tenemos en cuenta las enormes cantidades de café que consume al cabo del día. Esta bebida es indispensable en la comisaría donde se celebran las reuniones para resolver los casos... Para un lector cafetero como yo, no deja de ser un aliciente más.

Indagando en sus sentimientos podemos decir que el inspector sueco es muy nostálgico, pues recuerda con bastante frecuencia a las personas que han marcado su vida: en su trabajo no deja de pensar en Rydberg, compañero fallecido por una enfermedad que le enseñó a ser un buen policia; siempre que se le presenta un caso de extrema complejidad, Wallander recurre imaginariamente a su añorado amigo para pedirle consejo. Estos recuerdos resultan bastante emotivos para el lector, por lo menos en mi caso. Wallander está divorciado de Mona, su exmujer, con la que tuvo una hija, Linda, que aparece en todas sus novelas y que acabará por seguir sus pasos como policía. No deja de pensar en amores que fueron imposibles, como Baiba Leipa, una hermosa mujer de Riga (capital de la República báltica de Letonia), con la que mantuvo una relación que lo dejaría profundamente marcado.

Los únicos amigos que tiene se van de Suecia, su padre acaba de morir y apenas ve a su hija; para colmo siente que sus compañeros hablan a sus espaldas y dudan de su capacidad como inspector jefe... Cada vez le asusta más la soledad en la que está envuelto y ese sentieminto le llena de una intensa angustia.

Me faltan por leer las dos últimas novelas de la serie Wallander: La pirámide y El hombre inquieto. Wallander es un personaje que se hace querer. Creo que va a ser duro despedirme de él en su última novela. No se exactamente donde va a ir a parar y si conseguirá enderezar el rumbo para afrontar la última parte de su vida. Lo que tengo claro es que siempre ocupará un lugar importante entre mis amigos imaginarios...

Referencias
 

Mankell, Henning. Asesinos sin rostro. Traducido del sueco por Dea Marie Mansten y Amanda Monjonell Mansten. Barcelona : Tusquets, 2001 
 

Mankell, Henning. Los perros de Riga. Traducido del sueco por Dea Marie Mansten y Amanda Monjonell Mansten. Barcelona : Tusquets, 2002
 
 
Mankell, Henning. La leona blanca. Traducido del sueco de Carmen Montes Cano. Barcelona : Tusquets, 2003

Mankell, Henning. El hombre sonriente. Traducido del sueco de Carmen Montes Cano. Barcelona : Tusquets, 2003


Mankell, Henning. La falsa pista. Traducido del sueco de Carmen Montes Cano. Barcelona : Tusquets, 2001

Mankell, Henning. La quinta mujer. Traducido del sueco de Marina Torres. Barcelona : Tusquets, 2000

Mankell, Henning. Pisando los talones. Traducido del sueco de Carmen Montes Cano. Barcelona : Tusquets, 2004

Mankell, Henning. Cortafuegos. Traducido del sueco de Carmen Montes Cano. Barcelona : Tusquets, 2004


Mankell, Henning. La pirámide. Traducido del sueco de Carmen Montes Cano. Barcelona : Tusquets, 2005


Mankell, Henning. El hombre inquieto. Traducido del sueco de Carmen Montes Cano. Barcelona : Tusquets, 2009

4 comentarios:

  1. Hola soy maria casaseca biblioteca del ayuntamiento de Madrid y gran sugeridora de Mankell desde mi relación con el publico-lector.lo recomiendo muchisimo y es un clasico de las preferencias de mis usuarios.Yo lei la leona blanca y el chino.Grande grande.¿conoces la obra de la hija de Liv Ullman??Camilla laKberg)??) un abrazo desde la villa y corte.

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  2. Hoa María. Primero agradecerte tu comentario. Respecto a las obras que comentas no he leído nada, pero las tendré en cuenta para próximas lecturas... Un saludo.

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  3. Hola david ilumináme ¿¿¿que es lo que más te gusta de Kurt Wallander?? dame una opinion intima y personal!!

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  4. Lo que más me atrae de Kurt es su imperfección... así de simple. Se trata de una persona natural, cercana y entrañable. Ojo!! no es que diga que es un ejemplo a seguir (como ya comenté en la entrada su vida es un auténtico desastre)... Comete muchos errores pero también transmite mucha confianza. En fin, cuando cierre el último libro de la saga Wallander lo voy a echar de menos.
    Gracias por tus comentarios María...

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