jueves, 30 de junio de 2011

A sangre fría / Truman Capote (Nueva Orleáns, 1924 - Los Ángeles, 1984)
















Bautizada por el propio autor como una “non fiction novel” (novela de no-ficción) y por la crítica como “nuevo periodismo”, A sangre fría es, por encima de todo, literatura. El autor utilizó las técnicas del periodismo como herramienta fundamental, como principal andamiaje con el que poder construir su obra. Pero el duende literario corretea de forma trepidante por cada una de las páginas de este libro sin dejarse ni una.

Lo peor de esta novela (macabro podríamos decir) es que se gestó en la mente del autor cuando leyó con sus lúcidos e inquietos ojos azules, en un artículo publicado el 16 de noviembre de 1959 en el New York Times, la noticia del macabro asesinato de los cuatro miembros de una familia de granjeros en un remoto pueblo de Kansas a manos de un par de individuos que se llevaron un botín ridículo, “unos cuarenta dólares”. Se trataba de un crimen brutal, sin un móvil aparente. Este móvil, lo que llevó a Dick y Perry a asesinar a los Clutter, es el gran enigma de la novela, algo que traspasa la frontera del entendimiento humano... Truman Capote se vació física y moralmente intentando dar respuesta al porqué de este suceso.
"Escribir el libro no me resultó tan difícil como tener que vivir con él"

Acompañado por su amiga íntima, la escritora Harper Lee (autora de la inmortal obra Matar a un ruiseñor), Capote logró entrevistarse con la policía y algunos conocidos de los Clutter. Lo más sarcástico de todo es que logró manterner una estrecha relación con los dos autores del delito, sobre todo con Perry, con el que mantuvo correspondencia epistolar. Desde luego que esto no hizo mucha gracia entre los habitantes de Holcomb, pueblo donde se cometieron los asesinatos. Actualmente, a modo de anécdota, se conservan ocho ejemplares de esta novela en la biblioteca pública de esta pequeña localidad, pero casi ninguno de sus vecinos le presta el menor interés, no les gusta hablar del tema. Es triste que un pequeño rincon del mundo pase a ser conocido como el escenario de uno de los crímenes más brutales que se recuerdan.

Después de A sangre fría, Capote no volvió a escribir nada de importancia, coloquialmente hablando no dio pié con bola, precipitándose de forma gradual en una espiral de autodestrucción. Intentó mejorar su imagen en una de sus últimas obras, Música para camaleones, pero él mismo se definía a través de su gemelo imaginario: 
“Soy alcohólico. Soy drogadicto. Soy homosexual. Soy un genio.”
... Todo era cierto.

Pasamos a la historia, que narra de forma paralela la vida de los verdugos y de sus víctimas. El retrato psicológico de cada uno de los personajes es asombroso. Consigue que sean los propios protagonistas los que te cuenten su vida, ocultando de forma magistral la presencia del autor. El grado de intimidad que alcanzas con los personajes es insospechado. En algunos momentos detienes la lectura, asombrado, pensando en que durante varias páginas has sentido simpatia por los asesinos... Teniendo en cuenta lo que hicieron, pone los pelos de punta. Por eso tiene tanta importancia conocer los hechos desde el principio... Es lo que quería Truman Capote (Amigo íntimo de Andy Warhol, que le consideraba un ídolo), poner a prueba nuestra moral.


Todo comienza un día antes del 15 de noviembre de 1959. La noche es fría en un recóndito y solitario pueblo de Kansas. Un coche con dos pasajeros avanza por los caminos polvorientos y solitarios mientras el viento mueve los matorrales que, rodando a trompicones, se cruzan ante sus miradas como animales asustados. Noche, frío y silencio ocultan cuatro disparos que revientan la oscuridad... cuatro que acabaron con seis vidas.

Referencias

  • A sangre fría / Truman Capote. [traducción de Fernando Rodríguez ; prólogo de Clara Sánchez]. [Madrid] : Unidad Editorial, [1999]

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